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Dicen que por la madrugada las cosas duelen el doble y me rompe un poco pensarlo porque me hubiera gustado hacer ciertas cosas diferentes; no interrumpir tu descanso, no haberme robado ese sueño o quizá también mantenerme firme desde la primera vez. Explicarte como me sentía de una mejor manera hasta que pudieras comprenderlo. Una parte de mí queria con muchas ganas que disfrutaras la vida a mi lado ¿no hubiese sido todo más fácil? El como termino todo, o justo el simple hecho de que haya terminado no cambia los momentos en los que me sentí acompañada y protegida por ti. Por esos momentos quería regresarte un poco de la paz que me estaba llevando, así lo pensaba y lo sentía en ese momento. No me encuentro en sentido alguno arrepentida de la decisión, hoy estoy incluso segura de que aunque no puedo decir que dejaste de quererme, si puedo asegurar que tu forma de hacerlo ya no era lo que necesitaba, incluso puedo decir que dejé de sentir que lo hacias. Ha pasado un tiempo y aunque puedo
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DESAHOGO

Desahogo   Naces, creces; dentro de una familia que se reía de ti si usabas algo que no iba contigo según su punto de vista, si hablabas de forma incorrecta o ponías los codos sobre la mesa.  De alguna manera creas una forma de medir entre lo bueno y malo, te esfuerzas por estar del lado de lo bueno (porque es el lado que te permite ser querida).   Intentas no ser un problema o una carga para tu familia, te das cuenta de que tu mente es ágil y que satisfacer a los otros no es tan complicado. Te pierdes en el camino. No sabes cómo separar las necesidades de los demás de las tuyas, no puedes identificar lo que necesitas y te cuesta montones pedir ayuda.    Alguien te ofrece apoyo, te enamoras de ese alguien, ella de ti, es algo nuevo, algo que te hace sentir bien y que no entra dentro de el estándar de lo que era "bueno".  Te culpas por ello, de forma inconsciente la culpas a ella, eres adolescente, no puedes manejarlo, se termina. No pueden ser amigas, no sabes

Mensaje de un/a Virgo

Llevo algunos días intentando comprenderme, me recuesto y doy vueltas en mi cama inventando un sinfín de historias que tranquilicen mi ansiedad, me es difícil expresar, escribir o siquiera contar estas situaciones a cualquiera. y no, no vengo precisamente a contártelas a ti hoy, pero la verdad es que me gustaría saber cómo has estado, cómo te va, si eres feliz y cuales son tus planes a futuro. Eso y contarte cómo me ha ido, que he dejado de ir al psicólogo, cuanto me gusta mi nueva casa, que hay un perrito en ella que creo te agradaría mucho, es muy peculiar, cariñoso y muy educado. Me gustaría también; hablarte sobre las nuevas personas a las que he conocido y aprendido a querer, quisiera contarte de las ideas locas que se me han ocurrido y ponerte una canción de Regina Spektor que lleva tu nombre. Quisiera escucharte, verte y que pudiéramos platicar tranquilamente, pero no sé si esto sea posible y eso me atormenta muchísimo. La idea de escribirte ha pasado por mi mente en más de una

Sabina

Gracias por ser el refugio al que puedo correr en mis días de lluvia. Sé que tú sabes que la realidad puede ser muy cruda, difícil de masticar y en ocasiones demasiado aterradora. Puedes ser imparcial mientras intento describir mis sentires, no intentar decirme que sería lo correcto e incorrecto y a la vez hacer que sea consciente de que sostienes mi mano cuando digo que ya no puedo más. Me costaba aceptar que yo al igual que muchos, por no decir que todos, necesito que me cuiden de vez en cuando. Me costaba pedirlo. Sabina, este es el primero de mis textos que lleva el nombre real de su dueña porque me gusta repetirlo mientras me recuerdo que nunca voy a estar sola. Gracias por ser un planeta tan increíble. Por las cervezas a mitad de semana, los sándwiches con crema y por emocionarte cuando llegó con chocolates a tu casa en busca de compañía. Agradezco fervientemente que sin querer me hayas dado un empujón hacia la dirección correcta, de esos que te hacen cambiar de rum

Yo paso

Una vez alguien me dijo que "La pasividad era la madre de la mediocridad" y yo le respondí "Cómo la sensatez de la cobardía"...y bueno eso siempre me hace pensar en la decisión sensata de "dejar de amar" a la primera persona de la que me enamoré (como si eso fuera así de fácil) porque justamente "para que sufrir" decía yo... Hoy en medio de un montón de dudas y ansiedades me descubro pensando a aq uella persona, me pregunto que diría respecto a las decisiones que no me atrevo a tomar y me respondo como creo que lo haría y al final terminó recostada, mirando el techo, marcando un número que ya no me responde, comiendo palomitas (porque odiaba las palomitas) y pensando en cuánto me costaría llegar al nuevo lugar en el que se encuentra, donde me hospedaría y qué haría en una ciudad que no conozco buscando a una persona que tal vez no encuentre... Ilustración por @la_prados

Las Rubias de mi vida.

La coincidencia más grata que me ha tocado es justo esa de las personas que (me) iluminan. Las rubias de mi vida, por ejemplo; Aquellas que lloran en los conciertos porque aman la música de su país, brincan y corren después de una película de acción porque sienten que están en ella, aman con fuerza y sinceridad como los franceses (que ellos si saben de amar), les gustan los conejos y las aventuras. Son increíblemente inteligentes y difíciles de encontrar (así las llames 16 veces en menos de una hora). Son mujeres de impacto, libres, valientes e infinitas. Hablan de tal manera que te atrapan. No quieres dejar de escuchar lo que tienen que decir aun cuando usen palabras terriblemente complicadas. Odian ser rubias, pero, aunque se tiñan el cabello todos sabemos que lo son, se nota, se siente. Correr hacia ellas cuando las veo venir a lo lejos es de mis deportes favoritos, se me sale el corazón y son capaces de ponerlo en su lugar.  Ay, Rubias bonitas e inesperad

La Espera.

Espera-ndote Te escribo a ti y a la espera, sí, a esa sensación de incertidumbre que suele llenar-me de angustia y me hace crear una mezcla entre miedos y anhelos bastante conflictiva a mi parecer. Si algo odio en la vida es esperar, me desespera esperar más que cualquier otra cosa, y yo como ser egoísta que soy, antes de esperarte te haré sufrir mis retardos que aunque no lo parezcan casi siempre están planeados. Prefiero disculparme por no estar a tiempo que pasarme unos minutos dando vueltas mientras tú decides llegar. Lo sé, suena terrible, pero al final solo hay dos opciones; La primera, que tú seas más paciente y aprendas a querer a este ser impuntual, la segunda, que odies esa sensación tanto como yo, que me reproches por hacerte esto y te vayas. Estarás pensando quizá en que soy de lo más extremista y sí, lo soy, pero también soy simple,  igual que mis deseos que te piden no decirme que llegarás cuando bien sabes que no sucederá, no transformes los minutos en